La huella de Deming y Shewhart en Japón

Recientemente hice un viaje de trabajo por Asia y tuve la oportunidad de visitar varios países entre ellos Japón.   Los japoneses son personas adaptables, realistas y flexibles pero al mismo tiempo son tenaces, y sobre todo son personas con propósito individual y colectivo. Esto puede verse claramente en su historia, por el año de 1,853 estaba por finalizar la era Shogun cuando el Comodoro Matthew Perry llegó al mar de Japón en un barco de guerra americano el objetivo era disuadir ya no por la vía diplomática al Shogun que abriera los puertos al comercio con América.

Los japoneses concluyeron no solo que tenían que abrir sus puertos al comercio extranjero, durante la era Shogun solo comerciaban con Holanda, si no que también tenían que modernizar su ejército, el resto es muy conocido por todos, atacan Pearl Harbor y forman parte del eje de la 2da Guerra Mundial que terminó en la destrucción de Japón por las fuerzas aliadas, pero los eventos subsiguientes a la guerra son otro ejemplo de la capacidad de este pueblo a adaptarse y de su tenacidad.

Un acontecimiento que pareciera insignificante pero que se conjugó con las características innatas de los japoneses y que los convirtieron en una potencia económica.  El General McArthur afrontaba un gran problema para llevar a cabo la organización de la reconstrucción de Japón de la posguerra, necesitaba radios y en las condiciones en que quedó Japón era imposible que los japoneses pudieran producir radios de forma confiable así pues le recomendaron a Edwards Deming el protegié de Walter Shewhart para que fuera a Japón a enseñar control de calidad.

Foto: deming.org

Antes de que Demini inciara sus cátedras y charlas tuvo una cena con presidentes y altos representantes de la principales industrias, llegaron por invitación de Ishikawa quién se convirtió después en el líder del movimiento sobre calidad en Japón.  Este grupo representaba el poder y 80% de la riqueza de Japón y lo que se habló no fue a oídos sordos, y lo más importante es que no era otro victorioso dando órdenes si no un colega que hablaba con respeto, fue allí el 13 de Julio del 1,950 que el nuevo Japón nació, lo que Deming dijo aquel día se puede resumir en 6 puntos:

• El mercado es ahora global, deben haber estándares internacionales de calidad y un lenguaje internacional para describir la calidad.
• El cliente es lo importante, busquen cultivar relaciones de largo plazo con sus clientes, buscar continuamente entender a sus clientes y sus necesidades para diseñar y fabricar un producto.
• Producción es un sistema, el proveedor es un socio. Hagan de su proveedor un socio y parte integral del sistema.  El cliente también es parte del sistema, y la parte más importante del mismo. Control estadístico debe aplicarse en todas las etapas del sistema.
• Reacción en cadena, si ustedes mejoran su procesos y producto, sus costos disminuirán y capturará el mercado con mejor calidad y precios más bajos, así podrá dar continuidad a su negocio y proveer más empleos.
• Japón debe verse a sí mismo como un sistema, todo el Japón es un sistema.  Debe haber confianza y cooperación en todo Japón.  Un compromiso común con la calidad, confianza y cooperación.
• Hoy poco más de 60 años después de esa reunión, pude ver la huella tan profunda que estas palabras dejaron en la nación del sol naciente.  Ese enfoque sistémico y de largo plazo, el afán de buscar la excelencia y cuidar hasta el más mínimo detalle en todo lo que se produce y se sirve.  Pero lo más sorprendente aún, ese sentido de colectividad y la búsqueda del bien común se refleja en como se conducen los japoneses en una urbe como Tokio en la que sobresale su limpieza, orden y pulcritud.  En las empresas que tuve la oportunidad de visitar, los principios de Deming y Shewhart están allí en su versión más pura pero también elevados a un nivel que inspira respeto.
• Tener un propósito claro y una constancia sobre la mejora de los productos y servicios
• La adopción de la nueva filosofía a todo nivel
• Crear la dependencia en la inspección del proceso para lograr estandarización y calidad.
• Terminar la práctica de premiar negocio sobre la base del precio, en su lugar minimizar el costo total y moverse hacia relaciones de largo plazo basadas en lealtad y confianza.
• Mejorar de forma continua y por siempre los sistemas de producción y servicioss para mejorar la calidad y productividad.
• Instituir el entrenamiento en el trabajo.
• Instituir liderazgo, la supervisión debe servir para ayudar a las personas y equipos a hacer un mejor trabajo.
• Eliminar el temor, para que todos trabajen efectivamente para la compañía
• Romper las barreras entre departamentos, todos deben trabajar como equipo.
• Eliminar los slogans y metas para el trabajador, esto solo crea adversarios.  Las causas de mala calidad y pobre productividad son del sistema y por ende están más allá del poder del trabajador. Eliminar cuotas, eliminar administración por objetivos, eliminar la gestión por números, sustituir esto por liderazgo
• Eliminar las barreras que le quitan al trabajador su derecho de sentirse orgulloso de su labor.
• Instituir un robusto programa de educación
• Poner a todos en la compañía a trabajar en lograr la transformación, esto es trabajo de todos.

Foto: deming.org

Si alguna duda existe sobre el impacto de esta filosofía de trabajo, solo hay que ver estas industrias:  automotriz, cámaras, equipos de sonido, tv a color, herramientas de mano, motores eléctricos, máquinaria industrial, micro ondas, circuitos integrados, robots industriales, equipo óptico.  Todas estas industrias eran dominadas por fabricantes y marcas de Estados Unidos pero para 1,970 ya habían perdido el 50% de su participación en los mercados internacionales.

Los principios de Deming siguen vigentes hoy como lo fueron en los 50´s, ahora potenciados por los trabajos y avances que se han hecho en diferentes campos como lo es la psicología, antropología y los sistemas informáticos que facilitan el análisis estadístico.

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